sábado, 29 de abril de 2017

Obra vivida.

Obra vivida.

Para bastantes  personas de mi generación y las siguientes, muchos artistas han llegado hasta nosotros a través de herramientas de comunicación y difusión y no por un contacto directo con el trabajo de estos autores.
La obra de un artista, de cualquier artista, de cualquier época está hecha para ser vivida.
Para crear un diálogo íntimo entre el espectador y el o ella.

Mi contacto con Miró o Tapies o Picasso, artistas que tienen fundación o museo propio en mi ciudad,  fue a través de la escuela y no recuerdo mucho de estas clases. Sin embargo recuerdo perfectamente asistir a un concierto de música clásica con mi clase y sentirme expandido, amplio, enorme!!! 

Además la profesora nos pidió que dibujásemos y eso nos dio un canal de salida a todas las emociones que se abarrotaban adentro. Para mí, fue un día importante.

Cuando iba a visitar a mi abuela, me pasaba muchos ratos mirando las pinturas y dibujos que vestían toda la casa. Todos eran muy diferentes entre ellos y explicaban cosas muy distintas.
Nadie nunca me contó nada, no realicé ninguna visita guiada, no me explicaron quien eran esos pintores y dibujantes. Me permitieron disfrutarlos sin pedirme nada a cambio. Solo estábamos el o la artista y yo, en silencio, escuchando.

Creo que las imágenes que nos rodean son importantes. Que las obras originales son importantes y que los niños son sensibles al hecho de que detrás de cada uno de estos objetos hay un acto creativo real, hay una persona hablándoles directamente, aunque no esté presente en ese momento.

¿Cómo lo ha hecho?

¿Por qué lo ha hecho?

¿Por qué es tan feo o tan bonito?

¿Por qué está enfadado o alegre o triste o…

Aquí empiezan las preguntas, aquí comienza un diálogo único y plural, un diálogo que parte de la obra y que es para todos el miso y diferente. Este es un hecho mágico y es un hecho real.

Conocer a Miró a través de una cartilla de La Caixa  o a Tapies a base de verlo por las fotos de prensa, detrás de una mesa llena de políticos, pues ahora se que es una pena.



Hace muy poco pinté mi casa, de blanco. Puse un montón de hojas de un libro sobre Miró en el suelo, para protegerlo, pero también para ver que pasaba con las imágenes impresas.
Pinté despreocupadamente, goteando a placer. Al tomar un descanso me di cuenta de que había pasado algo extraño, las gotas y las manchas se habían integrado!
Las imágenes originales habían mutado. Parecían mas cerca que antes, mas vivas.
Comencé a mirarlas con atención, a disfrutarlas, les hice fotos. Las separé y las puse a secar.
La actividad de pintar la casa se paralizo un poco. Parecían detalles de fancines  y comics punk pop undergraund de la década de los 80 y 90.

Imaginé escanearlos montarlos y llevarlos en un formato zine, sin título ninguno, ni referencia y llevarlos a la librería Fatbottom. Encajarían a la perfección. Fatbottom es un punto neurálgico del comic y la pequeña edición undergraund a nivel mundial. (www.fatbottombooks.com)

Colgué algunas fotos de estos papeles en Instagram.







Una semana después, durante una clase con mi alumna Hortensia, que es una campeona y es de Nou Barris, me hizo el siguiente comentario:

-Oye Rafa, que dibujos tan brutales has colgado, y son de Miró! Es la primera vez que me gusta algo suyo. Al principio no entendía de quien eran, pero si, si, son de él. Miró te lo daban en el cole, es el de La Caixa. No tiene nada que ver con mi vida, ni con mi barrio, ni con el dinero que nunca he tenido, ni con la gente que si lo tiene y se han comprado un Miró.

Me di cuenta en seguida de que a mi también me había pasado algo parecido. Que también tenía un montón de filtros y de paredes que me separaban de muchísimos artistas, de muchísimas obras  y experiencias interesantes.

 Pintando mi piso había conseguido acercarme, saltar todo el contexto histórico, las estructuras pedagógicas adquiridas y finalmente mis propios prejuicios.


Se ha de dar lo esencial, y lo esencial es el encuentro entre el artista y el espectador, la posibilidad de que se gusten o no. Y molestar lo mínimo alrededor de este encuentro. Y si no es posible, pues hay que buscar formas de ocurra, o de “acercar el barco lo mas posible a esa costa”.



Hace unos cuantos años ya que junto al artista Gonzalo Elvira ofrecemos talleres centrados en la creatividad, en acompañar, celebrar y ofrecer recursos de todo tipo a los niños que vienen con nosotros. Nuestro proyecto se llama "Grans Recorreguts "

Los miércoles tenemos un grupo de niños fijo. 

Un miércoles a Gonzalo se le ocurrió darles unos libros sobre Miró para que los interviniesen.
Es una práctica habitual nuestra, ofrecer un material sugestivo y esperar “ a ver que hacen”.
Quizás fue Victor el que se animó mas y a día de hoy ha llenado una gran parte del libro.
Descubrió, como es costumbre en él, una afinidad entre el mundo de Miró y el mundo “de los zombies” , así que reinterpretó la obra de Joan en clave gore.

El resultado es fantástico para nosotros y natural para Victor.




www.gransrecorreguts.blogspot.com.es




Ya hace tiempo que le doy catálogos y postales de artistas a mi hijo, para que los pinte.
Considero que es de las mejores clases de historia  del arte que pueda recibir, porque de esta manera será su historia.

No le cuento nada, tampoco le pregunto sobre su significado, solo lo miro mientras dibuja y pienso:
Un día te llevaré a ver este cuadro y lo vas ha flipar, chaval!!












jueves, 27 de abril de 2017

El gif animado puede ser una herramienta visual tan rápida y potente como un Haiku

El gif animado puede ser una herramienta visual tan rápida y potente como un Haiku

Una puerta de entrada pequeña a un paisaje enorme. Un camino corto y directo .


Una imagen en movimiento frente a nosotros activa reacciones automáticas y asociaciones que no podemos controlar. Una sola imagen, además, no es tan evocadora como una suma de ellas. El movimiento y el sonido, en el caso de que lo haya, aportan una dimensión circular, una consciencia de entrar dentro de cierta acción, por muy abstracta que sea la apuesta.



Frente a tres o cuatro segundos de la pequeña narración que se nos presenta, no cabe apenas reacción consciente. Incluso en el caso de que nos desagrade lo que vemos, para cuando hemos congelado la imagen, el cuerpo ya ha reaccionado, ya se ha posicionado, ha tomado alguna decisión invisible, ha entendido algo substancial, algo que internamente continúa mucho después de apagar el visor.
El espacio poético sigue sugestionando, sigue reconstruyendo el resto de la información, se sigue y sigue inventando a si mismo, queramos o no.


La velocidad de entrada es clave. La facilidad para realizar y creación y reproducción de un gif y los muchos canales por los que se puede enviar este mensaje, no lo hace menos efectivo, no devalúa esta herramienta como potencia, ni mucho menos. Que sea un juguete popular, tampoco la inscribe en ningún lugar “pobre” o simple o limitado.




Estamos otra vez frente al fuego, aunque sea un fuego virtual, ha comenzado la noche, hemos vivido una jornada completa y nos reunimos frente a las luces a narrar el día.
Pero el día se conecta con el resto de los días, los meses, las estaciones, la lluvia, las tormentas, el calor, el frío, el eco de la voz rebotando en las montañas.  Se conecta con el destello intermitente de lo imaginario y lo real.